Press about of the restaurant
El Celler
La mesa está servida
EL TIEMPO
Es difícil escoger un plato de la carta de El Celler, un restaurante que ya forma parte del imaginario colectivo de los barranquilleros. Rodrigo Díaz, su propietario, se inspiró en la cocina española para esta sorprendente propuesta. El chef recomienda el arroz meloso de cerdo y la punta de anca angus, que va sobre una cama de puré de yuca y ajos rostizados con mantequilla clarificada de pimienta y pimentón de La Vera
JOHN BETTER 28/06/2016
El Celler, en Barranquilla
EL ESPECTADOR

En el viejo Prado de Barranquilla, la Arenosa, con una cocina contemporánea basada en la gastronomía española, enriquecida con el ritmo y sabor del Caribe colombiano y de la sensualidad árabe. Y para brindar un componente diverso, la presencia italiana con una serie de tortelloni. El resultado final, un ensamble armonioso y un evidente tono de autor.
El carpaccio de magret de pato, acompañado de arroz cremoso rojizo, un plato dulzón, aunque insípido, no cumplió con las expectativas.
El pulpo a la gallega con papa con ajo puerro y pimentón, muy bueno, muy mediterráneo, aunque un poquito grasoso, pero qué le vamos a hacer, así es la mayor parte de la culinaria española.
Los langostinos romesco, ingredientes frescos. Se merece un aplauso el acompañamiento, el árabe marmaón, espectacular, con un sutil toque dulce, variación de la receta tradicional. Este es uno de los más antiguos platos árabes, hecho artesanalmente con forma de bolitas pequeñas hechas con trigo y harina de trigo. Su fabricación toma unas cinco horas, tras las cuales se cuece al baño de María y se cocina con caldo de pollo, lo que le brinda ese sabor a cocina de la abuela. Su primo culinario de grano aún más pequeño es el cuscús, que se come tradicionalmente en los países del norte de África.
El salmón teriyaki de guayaba, acompañado de risotto de suero, es el arroz más inmaculadamente blanco que he visto y verdaderamente delicioso. La guayaba, muy discreta, sin protagonismo.
De los tortelloni ofrecen unas ocho clases diferentes, atractivas todas, y para no enredarnos en la selección pedimos la tortellata, compuesta de una selección de cuatro variedades diferentes. Y así nos trajeron un par de mozzarella de búfala con confitura de tomate y pesto, dos de langosta bisque y balsámico dulce, un par de chorizo y ricotta con salsa arrabiata, y dos de queso azul y peras caramelizadas con salsa de foie gras. Un profuso arcoíris de sabores en el reino de las pastas rellenas. Sin duda, el plato estrella del restaurante.
Quedaron en lista para probar en otra ocasión: el carré de cordero y el cochinillo a la leña. No alcancé a ver en el menú ingredientes costeños como la yuca o el plátano, pero sí el suero.
Columnista invitado 28/02/2014
EL CELLER, UN RESTAURANTE CON LA NUEVA COCINA CATALANA
Revista donjuan

Lo he visitado tres veces y cada vez me parece mejor. Tranquilamente, y con el perdón de tanta buena cosa que está pasando en la Arenosa -todo ad portas del TLC, donde los puertos serán los realmente beneficiados-, hoy no debería salir de los tres mejores restaurantes de Barranquilla.
Incluso, tiene todo para ser el mejor: una carta muy creativa, alto sentido de la culinaria (incluida la estética), un fogón realmente bueno, local muy agradable y un servicio en franca mejoría que, para ser sinceros, había sido su talón de Aquiles desde que abrió hace un par de años.
El lugar se llama El Celler, está regentado por una promesa nacional de nombre Rodrigo Díaz e intenta recrear la nueva cocina catalana con alguna variedad de platos clásicos mediterráneos y, claro está, "pizcas" del recetario más íntimo del autor.
Díaz -que en efecto se hizo técnico en hostelería en Centro de Estudis de Hostelería y Turisme de Barcelona (CETT) y luego cocinero profesional en Bellart, más toda la gran escuela que se necesita para ser un buen conocedor de una cocina a fondo, que es arrancar como lavaplatos-, ha logrado forjar un restaurante respetable y sólido.
Con una extensa selección de vinos españoles -lo cual no era tan común en la ciudad-, El Celler se hizo famoso entre los barranquilleros por su chuletón de res a la piedra, servido con dos salsas de chimichurri; así como por su cochinillo a la leña, que es su plato estrella, el cual hay que separar con días de anticipación (.000).
Pero ojo, no todo está por las nubes, también están los huevos estrellados, un clásico de los bares españoles, pasando por las tapas y las pastas frescas, hasta llegar, ya en palabras mayores, al foie gras, al magret de pato o a los pimientos del piquillo. Y mucha atención a su parmigiana de melanzane y a su lasaña de verduras y chorizo argentino. De verdad, muy rico. Y muy agradable.
El Celler, en Barranquilla
EL ESPECTADOR

En el viejo Prado de Barranquilla, la Arenosa, con una cocina contemporánea basada en la gastronomía española, enriquecida con el ritmo y sabor del Caribe colombiano y de la sensualidad árabe. Y para brindar un componente diverso, la presencia italiana con una serie de tortelloni. El resultado final, un ensamble armonioso y un evidente tono de autor.
El carpaccio de magret de pato, acompañado de arroz cremoso rojizo, un plato dulzón, aunque insípido, no cumplió con las expectativas.
El pulpo a la gallega con papa con ajo puerro y pimentón, muy bueno, muy mediterráneo, aunque un poquito grasoso, pero qué le vamos a hacer, así es la mayor parte de la culinaria española.
Los langostinos romesco, ingredientes frescos. Se merece un aplauso el acompañamiento, el árabe marmaón, espectacular, con un sutil toque dulce, variación de la receta tradicional. Este es uno de los más antiguos platos árabes, hecho artesanalmente con forma de bolitas pequeñas hechas con trigo y harina de trigo. Su fabricación toma unas cinco horas, tras las cuales se cuece al baño de María y se cocina con caldo de pollo, lo que le brinda ese sabor a cocina de la abuela. Su primo culinario de grano aún más pequeño es el cuscús, que se come tradicionalmente en los países del norte de África.
El salmón teriyaki de guayaba, acompañado de risotto de suero, es el arroz más inmaculadamente blanco que he visto y verdaderamente delicioso. La guayaba, muy discreta, sin protagonismo.
De los tortelloni ofrecen unas ocho clases diferentes, atractivas todas, y para no enredarnos en la selección pedimos la tortellata, compuesta de una selección de cuatro variedades diferentes. Y así nos trajeron un par de mozzarella de búfala con confitura de tomate y pesto, dos de langosta bisque y balsámico dulce, un par de chorizo y ricotta con salsa arrabiata, y dos de queso azul y peras caramelizadas con salsa de foie gras. Un profuso arcoíris de sabores en el reino de las pastas rellenas. Sin duda, el plato estrella del restaurante.
Quedaron en lista para probar en otra ocasión: el carré de cordero y el cochinillo a la leña. No alcancé a ver en el menú ingredientes costeños como la yuca o el plátano, pero sí el suero.
Capacity and private events
Capacity : 85 persons
Terrace : 20 persons
Private room : 14 persons
Services of the restaurant El Celler

Handicap accessibility

Air conditioning

Outside seating

Parking lot / valet parking

Reservations taken

Wi-Fi
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