En este restaurante de comida italiana los comensales disfutarán de un brunch todo los domingos y festivos de 11:30 a.m. a 3:00 p.m. En su menú se incluyen recetas propias de esta cultura preparadas en el horno.

La especialidad de este restaurante es la cocina italiana y su chef, Andrés Hoyos, tiene una experiencia de más de 15 años. La especialidad de la casa son las pizzas hechas con ingredientes frescos y salsas inspiradas en la clásica tradición napolitana, perfectas para la hora del almuerzo o la cena. La pizza de burrata, por ejemplo, es un manjar únicamente superado por la de dátiles y gorgonzola. Y el carpaccio de langosta, la entrada para acabar con todas las demás entradas. Sin embargo, el brunch se ha ido ganado un espacio en sus sedes de Bogotá y Barranquilla. El recomendado de la casa es huevos cipolle de entrada; sándwich de parmiggiano e mortadella di Bologna, como plato fuerte, y para el postre, el bombón latte. Y si se siente aventurero, pruebe la línea de frizzantes de la casa. El Frizzante bianco lo sorprenderá.

De Cartagena pasó a Barranquilla, ahora está en Bogotá y sugiere una nueva forma de comer pizza. Si una pizzería se anuncia ante el público como ‘napolitana’, quiere decir que debe cumplir con una serie de normas que distinguen al establecimiento de otras formas de hacer pizza. Y el chef Andrés Hoyos, de 'La Diva', soñaba con abrir en el país pizzerías que se rigieran por estos ‘mandamientos’. Lo consiguió: 'La Diva' tiene sedes en Cartagena, Barranquilla y ahora en Bogotá. La 'pizza' de pistacho es una de las combinaciones ideadas por el chef Andrés Hoyos. Las reglas son: trabajar la masa de la pizza con harina 00, abierta a mano (nada de rodillos); debe tener borde grueso y alto y masa delgada. El tomate de la salsa debe ser san marzano (lo traen de Italia) y el queso, mozzarella de búfala (ni siquiera de vaca) con un diámetro de entre 32 y 35 cm. Por eso, en 'La Diva' solo hay un tamaño de pizza, hecha en horno de leña. Hay dos tipos de pizza: las rojas (con salsa de tomate) y las blancas (sin esta salsa). Entre las primeras está la infaltable margarita (la medida de todas las pizzas, pues dicen que juzgando la calidad de la margarita se aprecia la de la carta entera). Pero, la idea a la hora de abrir 'La Diva' era proponer nuevas combinaciones de ingredientes –de esas que no se encuentren en ninguna otra parte–, como la pizza de dátiles, que viene con varios quesos: gorgonzola, parmiggiano regiano de 24 meses de maduración, de búfala y peperoncino para dar un contraste entre dulce y picante. Otra recomendada es la de burrata, con pedacitos de pancetta, pimienta y pecorino. La experiencia aquí cuenta bastante: no se va solo a compartir la pizza, sino a jugar con ella. Para esto, La Diva les apostó a maridajes de pizza y aceites, que a su vez vienen impregnados de hierbas. Son nueve infusiones que llegan a la mesa y pueden darle un giro al sabor en cada bocado de pizza (si al público le gustan, puede comprar botellitas para llevar a casa, pues también hay mercadito de ingredientes). Otra curiosidad es la presencia de materitas con especias sembradas, que permiten arrancar directamente las hojas para incorporarlas al plato. Salvo por productos de la huerta, La Diva tiene una mayoría de ingredientes italianos; su mortadela es de Bologna (una de las pizzas combina esta mortadela con alcachofa frita); la reducción balsámica con la que bañan algunas de sus recetas es de Modena. La carta tiene además antipastos, carpaccios como el de langosta, receta poco común, así como ensaladas y bruschettas. Advierten también que no hacen pizza por mitades y que entre sus platos más vendidos están el pulpo al horno y la burratta servida con cebolla caramelizada y piñones.